Mucho se habla de Suecia en estos últimos meses de cómo está actuando frente al COVID19, tanto para bien cómo para mal.

Si me sigues en Twitter (ahora estoy en medio de una pausa en esa red social) o escuchas mis podcasts, sabrás que soy muy crítico al respecto y es que quizás la intención es buena pero la ejecución tiene mucho que desear.

Hace ya más de un año entrevisté a la Galina Monsalvez, diputada de la provincia de Estocolmo por el partido socialdemócrata sueco, nos habló de cómo funciona la sanidad en Suecia criticando la privatización de la gestión de hospitales.

Ahora que estamos en tiempos de COVID, que mejor momento el recuperar esa entrevista para poder entender la situación sanitaria en Suecia.

Estamos viendo en las últimas semanas que los suecos van muy tarde ante el coronavirus, que a pesar de que tanto Noruega o Dinamarca cerraran fronteras hace una semana, Suecia sólo prohibía concentraciones de más de 500 personas pero la gente seguía entrando y saliendo del país por avión (especialmente Suecos que volvían de esquiar provenientes del norte de Italia, algunos de ellos trayendo el virus consigo dicho por el mismísimo responsable y cabeza del operativo sueco) o celebrando fiestas con un aforo inferior de 499 personas.