Llevo varios meses incluso diría años, no muchos, eso sí, con una premisa que se repite una y otra vez «ya no hay libertad de decir lo que queramos» o «ya no se pueden hacer los chistes que hacíamos antes», etc. etc. pero curiosamente lo que realmente quieren decir es «ya no puedo ofender a nadie sin salirme de rositas».
Antes se hacían chistes de «mariquitas» con total impunidad así cómo chistes machistas, racistas,… o simplemente comentarios «inocentes» y nadie decía nada porque si considerabas ofensivo un comentario, digamos en contra del colectivo LGBTQ+, luego te llamaban mariquita, así para evitar cualquier conflicto callabas, el graciosito de turno decía su burrada, te reías para que no te llamaran mariquita, nena, traidor o cualquier otro insulto y olvidabas lo que habías escuchado, pero esto afortunadamente ha cambiado.
La libertad de decir lo que uno quiera tiene su precio, el precio de que a quien no le ha gustado tus comentarios pueda responderte.
Por mucho que a algunos les pese, la libertad ya no está en el lado del acosador, la libertad está en ambos lados.