13 años en Suecia, 13 años de involucionismo en España

Dentro de pocos días cumpliré 13 años en Suecia, 13 años donde han pasado muchísimas cosas, un trayecto que me ha hecho madurar en muchos aspectos y he vivido experiencias que nunca hubiera imaginado. De venir con dos maletas y una mochila, sin alojamiento fijo, ni trabajo, ni amistades a tener la nacionalidad sueca, estar casado, adoptar a Rico, tener un apartamento, coche y un trabajo que me encanta.

Pero no solo eso sino que a nivel creativo he escrito 3 libros, he montado un negocio, he realizado varios videoclips y un cortometraje, he escrito relatos cortos, he seguido publicando podcasts, creado alguno nuevo, compuesto varias canciones, tener un canal remunerado en YouTube,… menudos 13 años.

No todo ha sido un camino de rosas, por el camino han pasado cosas malas, un divorcio, una muerte y otras cosas difíciles de confesar, pero que gracias a todo el conjunto uno está aquí delante del ordenador escribiendo esta entrada con la satisfacción de haber vivido 13 años muy interesantes y lo que aun queda por venir, o hasta que el tiempo me lo permita.

Por otro lado mirando mi entorno no puedo opinar lo mismo, han sido 13 años donde he visto un involucionismo en muchos aspectos, en cómo la extrema derecha se ha ido afianzando y sobretodo en España, en cómo ahora se dan por normal ciertos argumentos cuando hace 13 años nos hubiéramos llevado las manos a la cabeza. En cómo baremos que por sentido común deberían de haber disminuido a lo largo de los años, solo han hecho más que subir: suicidios, violencia de género, homofobia, pobreza,…

Han sido 13 años donde he vivido en la distancia momentos históricos o para recordar, buenos y malos, cómo el movimiento 15M o el «procés», M.Rajoy y el plasma, los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils, los nacimientos de partidos políticos como Podemos y Vox, la caída de otros cómo Ciutadans o Ciudadanos y el COVID, que aunque sigue siendo una pandemia mundial, España ha tenido su propia «agenda», especialmente marcada por su duro confinamiento.

Gracias a la distancia y al no estar bombardeado de forma constante por los imparciales medios de comunicación españoles (nótese la ironía), creo que he tenido una visión un poco menos dramática de la realidad, algo que despistaba muchas veces en las redes sociales, sobre todo en Twitter, donde era etiquetado gratuitamente dependiendo del tema de la discusión: desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.

Pensándolo bien, normalmente se entiende mejor a España desde fuera de España. Fuera de ella se tienen otros modelos para poder comparar y situar su idiosincrasia en un espectro más amplio, también es más fácil encontrar información que en los medios españoles no son muy dados a compartir, ya pasó durante el atentado de Atocha, varias noticias relacionadas con el rey buenachón y sus investigaciones internacionales o listas de empresarios, famosos y políticos con sus limpiezas de capitales. Por algo España está en el top de países donde menos se confía en los medios (Un estudio señala a España como el país de Europa Occidental con menos confianza en la prensa).

Hablemos de música. Hace 13 años en España se escuchaba de todo, pop, rock, nacional, internacional (más nacional que internacional), pero había bastante diversidad de estilos (menos que en el resto de Europa, a nivel musical España siempre ha sido una «rara avis»), pero ahora es casi mono-estilo: Reguetón. Sólo hace falta caminar por las calles, entrar en bares, tiendas de ropa y darse cuenta que más del 50% de las canciones son reguetón y del total sólo puedo reconocer el 5%, el resto no las he escuchado nunca. En cambio, no es por hablar bien de Suecia que luego le toca su turno, los hilos musicales están protagonizados por estrellas de la música: Billy Joel, Queen, Phil Collins, Abba, incluso grupos y solistas más minoritarios pero el reguetón en Suecia no creo que suene más de un 5% en comparación con otros estilos. Sobre la música en España vs. Suecia daría para un post en solitario, pero avancemos, ahora le toca a Suecia.

Durante estos 13 años en Suecia también he visto un involucionismo, no tan exagerado como en España (desde mi punto de vista), pero también lo ha habido. Lo peor de todo se lo lleva la gestión del COVID que en Suecia ha sido nefasta, hay cosas que se han hecho bien pero hay otras muchas que se han hecho muy mal, de forma horrible o mejor dicho, terroríficamente horrible. Luego el incremento de la extrema derecha, pero quiero aclarar antes de todo que nada tiene que ver la extrema derecha sueca con la española, para empezar sus orígenes no son católicos y ya con esto ya hay gran diferencia.

Otro de los temas que han dado mucho que hablar donde Suecia ha sido la gran protagonista está relacionada con esa anécdota del chico que no le daban de comer en casa de los padres de su amigo. Corrieron ríos de tinta, algunos se cogieron esa anécdota como algo divertido pero hubieron otros que se recrearon tratando de forma ridícula a los suecos. Todo el mundo sabe, incluso los suecos mismos, que no son un pueblo muy dado a la fiesta y al jolgorio, son más bien (salvo algunas excepciones) muy tranquilos, sosegados e individualistas y que quizás haya familias que no den de comer al amigo de su hijo, pero saben por ejemplo, que nadie se va a morir congelado porque no puede pagar la factura de la luz.

Otra cosa que me ha enseñado Suecia a lo largo de estos 13 años es que a nivel político nada tienen que ver. Comparando derechas e izquierdas entre España y Suecia hay un abismo, por ejemplo en España es imposible ver un partido de derechas animalista, laico y pro derechos LGBTQ+, en cambio en Suecia sí, en España te llaman rojo, aquí puedes ser del partido Moderado (centro-derecha), siendo este, por ejemplo, junto con la iglesia luterana sueca los que legalizaron el matrimonio igualitario. Ya ves, nada que ver con España y es que viviendo fuera de ella te das cuenta de que el poder y los medios te meten en su cueva de Platón y sólo ves el mundo lo que ellos quieren que veas, sales del país y te das cuenta que hay muchos prejuicios apoyados y promocionados por ese poder. (El siguiente post me adentraré más en este aspecto).

Cómo ves han sido 13 años que me han dado una experiencia vital, donde se han tumbado varios mitos y prejuicios sobre muchas cosas de la vida.

Ya para terminar me gustaría pedir perdón por si he cometido algún error ortográfico o gramatical y es que 13 años fuera de España pasan factura también en el idioma.

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