«¿Dónde iremos a parar? hace cuatro días el arcoíris no significaba nada, ahora todo está monopolizado por el lobby LGBT, el arcoíris, el lenguaje inclusivo, el feminismo, las cuotas,… ¿Qué se han creído? Ya no hay libertad de decir las cosas como son, lo que uno piensa, todo es buenismo».
Sí amigues, gente así existe y lo peor es que las redes sociales, especialmente Twitter, se han convertido en una plaga. Piensan que son «rebeldes» pero para mí son unos cobardes ignorantes, incapaces de madurar y vivir en sociedad.
Los verás en manada, normalmente bajo el cobijo del pájaro azul, quizás te suelten su último insulto de moda, cómo mucho conseguirás que le borren el tweet, pero en menos de lo que canta un gallo volverán echando bilis. Incluso algunos se atreven a hacerlo en Mastodon, pero afortunadamente tras su primer improperio son baneados de por vida.
Gente así es gente con problemas, en vez de pedir ayuda prefieren descargar sus frustraciones a desconocidos. Pensando que se sienten mejor consiguen unos instantes de felicidad, pero no te engañes, su odio sigue por dentro, carcomiendo la poca humanidad que les queda.
La bandera arcoíris
Todo empezó con un «toot» (un mensaje en la plataforma Mastodon) donde hablaba de lo que significa la bandera arcoíris en Suecia, de cómo varios compañeros y compañeras de trabajo visten o llevan complementos con los colores de la bandera LGBT y sin que sean personas trans, gays, lesbianas o bisexuales, y si lo son, a nadie le debería de importar. Lo que importa aquí no es si no eres cis heterosexual o no, lo que importa es que compartes el espíritu de la bandera: respeto y defensa de los derechos del colectivo LGBT. La bandera ha pasado de ser una etiqueta (ser gay, lesbiana, trans, bisexual,…) a ser un movimiento de diversidad y tolerancia.
Por eso ver mensajes hablando del lobby, de la imposición de la bandera LGBT, de las cuotas, el lenguaje inclusivo, etc. lo que siento es lástima por ellos, la sociedad les está pasando por encima y en vez de adaptarse y madurar, lo que hacen es aferrarse a sus prejuicios, quizás por miedo pero cada día que pasa, va a ser más difícil que lo entiendan. Incluso diría más, no espero que lo hagan, con solo que dejen a la gente ser libre ya me es suficiente, pero no, parece que disfrutan con el dolor ajeno, no me extrañaría que muchos de ellos sean grandes amantes de la tauromaquia (no digo que los amantes de torturar animales como espectáculo sean homófobos, sino que creo que hay más porcentaje de homófobos en ese colectivo que por ejemplo en el colectivo de coleccionistas de sellos).
En Suecia nunca me he encontrado con ese odio al colectivo, no digo que no haya habido violencia, porque la hay, en todas partes hay gente loca, pero nadie dice abiertamente lo que sí que encuentro en las redes sociales en español y me da mucha pena, de cómo en 13 años el odio ha campado a sus anchas sin que algunes se hayan dado cuenta.
Sin solución
Desgraciadamente dudo que esto se solucione a corto o a medio plazo y es que los que deberían de dar ejemplo, aprovechan este odio para sacar rédito personal, sobretodo la derecha (no sólo de la extrema derecha), la iglesia y todos aquellos que callan.
Además con toda la violencia que ha sufrido el colectivo LGBT, los CIS hétero miran casi siempre hacia el otro lado, como mucho y de forma muy aislada se ponen un arcoíris el día del orgullo pero para el resto del año no existimos.
¿Cuando veremos a gente vistiendo con algún complemento del arcoíris sin que sea el día del orgullo y quienes lo hagan sean CIS héteros? En Suecia cada día, en España nunca. Espero equivocarme.