Gay y de derechas en España

Quizás para más de uno ser de derechas y ser gay o LGBTIQ+ es incompatible, quizás, pero en muchos países no es así, sin ir más lejos Suecia o Reino Unido fueron sus partidos de derecha los que aprobaron leyes de matrimonio igualitario. Pero ¿qué pasa en España?

España vive en un paradigma un tanto especial ya que la derecha tradicional española proviene del franquismo, un régimen fascista ultra católico que persiguió, detuvo, torturó, secuestró e incluso asesinó a gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, lo fueran verdaderamente o lo parecieran.

Desde el cambio de régimen (y no de la caída del régimen porque el poder siguió estando mayoritariamente en las mismas manos), la derecha aun sigue vanagloriando esos tiempos pasados, incluso un joven partido que prefiero no mencionar pero que su color es el verde, usa como mayor reclamo consignas franquistas, imposibles de ver en países donde el fascismo fue derrotado, cómo por ejemplo Alemania.

¿Y qué pasa con el colectivo LGBTIQ+? ¿Cómo se puede sentir representado políticamente en España? mayoritariamente por la izquierda y en menor medida por la derecha. Todo depende de las «lineas rojas» que tengamos.

Los derechos LGTBIQ+ son derechos humanos

Si vives en España y sales de tus fronteras y te fijas en países con un bagaje más democrático y laico que España, te darás cuenta que los derechos del colectivo están tanto a la derecha como a la izquierda porque son básicamente derechos humanos.

Ser de derechas en España representa mucho más que ser liberal en lo económico, representa también ser católico, seguir con el modelo patriarcal y ser un ferviente nacionalista. En cambio en muchos países europeos sólo representa un modelo económico y social alejado de los sentimientos religiosos, sexuales o incluso nacionales, dejando a estos en la libre decisión del votante y respetándolo cómo parte de esos derechos humanos.

Lineas rojas

Votar en España se ha convertido mayoritariamente en ser hincha de un partido, en un sujeto que vota incondicionalmente a las siglas que simpatiza donde las lineas rojas están donde empieza la ideología del partido contrario. Muchas veces se dejan de lado los derechos humanos sólo por seguir siendo hincha del partido al cual se vota, muchas veces con una pinza en la nariz, haciendo que todo se perpetúe sin opción al cambio, a una evolución o modernización de los ideales.

Es por eso que en 2022 aun hay en España partidos que siguen sin pedir perdón a las vejaciones que sufrió el colectivo e incluso algunos se atreven en amenazar en recortar nuestros derechos humanos y a pesar de eso muchos gays, lesbianas o transexuales les dan apoyo porque consideran que sus lineas rojas no están en los derechos humanos sino en no pertenecer al partido contrario.

Hubo esperanza

Hace unos años surgió un nuevo partido en España, con una ideología no muy definida pero que con el tiempo podría haber sido una alternativa a esa derecha arcaica y retrógrada, se llamaban Ciudadanos pero todo quedó en un «quiero y no puedo», debido principalmente a las prisas por conseguir poder. En vez de formar una base sólida con unos ideales europeos prefirieron ensuciarse con premisas del siglo pasado sólo por conseguir y arañar votos, cosa que consiguieron durante un tiempo pero que cuando la gente se dio cuenta que eran lo mismo, prefirieron votar a los partidos «auténticos».

Hubo esperanza y creo que aun la hay, quizás con nuevas siglas, con un «Nuevos Ciudadanos», una estrategia que el partido Moderado sueco hizo hace unos años tras cargar a sus espaldas varios casos de corrupción, una forma de marcar un antes y un después, pero quizás en España hay demasiado orgullo cómo para aceptar los propios errores.

Izquierda: Robando el colectivo LGBTIQ+

Si la derecha española es abiertamente homofóbica por sus orígenes, la izquierda lo que ha hecho ha sido robar y secuestrar los ideales del movimiento LGBTIQ+ y eso desde mi punto de vista es un error porque es comprensible que haya gente homosexual de derechas que no se sienta identificada con el colectivo, sólo hace falta salir de España para darse cuenta.

En mi primer sobremesa entre un gay de derechas y un gay de izquierdas suecos mi cerebro explotó, desde siempre me habían hecho creer que ser gay es ser de izquierdas y eso no es así, nada tiene que ver una orientación sexual con el modelo económico de un país.

Maduremos nuestros ideales

Superemos esas ideas que la izquierda española nos ha enseñado por su propio beneficio y entendamos que pueda existir una derecha LGBTIQ+ y respetémosla, pero por otro lado si te sientes de derechas exige a tu partido a que modernice sus ideales y si no lo hace ¿por qué no crear un nuevo partido?.

España está falto de un partido de derechas europeo: animalista, verde, alejado de la religión y de ideales franquistas/fascistas y se centre en su modelo social y económico primando ante todo los derechos humanos. Hasta que eso no pase, España seguirá siendo un país de charanga y pandereta tal y como decía Antonio Machado.

Comparte en:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.