Cada día es más evidente cómo la inteligencia artificial o IA está cambiando nuestro mundo a pasos agigantados, cada vez está más presente en nuestro día a día y en múltiples formatos; en forma de juego, aplicación de salud o como mero entretenimiento.

Mi primer contacto con una especie de inteligencia artificial fue hace muchos años, allá por 1991, no era exactamente una IA sino que lo simulaba y era una aplicación de texto que se cargaba con un simple diskette y podías tener una especie de conversación mínimamente decente. Más tarde, en 1997 cayó en mi mano un juego de ordenador llamado «Creatures» en el cual tenías que cuidar de una mascota virtual y recuerdo que lo anunciaron como el primer juego hecho con inteligencia artificial.

Ese mismo año hablando con un buen amigo informático me comentó que la carrera en la búsqueda hacia una inteligencia artificial útil había empezado, que se necesitarían varios años para que las investigaciones empezaran a aflorar los primeros resultados. Ya en 1997 me habló del aprendizaje automático (machine learning), de cómo las máquinas empezaban a aprender de ellas mismas y que nos llevaría a un mundo inimaginable. Ya estamos de lleno en esta era, más bien, justo está empezando.

Tecnologías como Dall-E o Chat GPT son dos ejemplos bien claros, pero no se termina todo ahí, hay mucho más. Por ejemplo, aplicaciones de audio de la compañía Izotope donde llevan años usando IA para crear plugins que hacen auténticas maravillas, inimaginables hace apenas 10 años. Otra compañía es Adobe y cómo la IA es capaz de quitar elementos en una foto, en un vídeo, simular nuestra voz y cada nueva versión nos sorprenden con alguna nueva característica que usa la IA para hacer cosas que hace unos años nos parecerían brujería.

Hoy en día tenemos muchas herramientas que hacen auténticas maravillas pero muchas de ellas están bastante limitadas a su entorno, por ejemplo Dall-E sólo nos muestra imágenes, Chat GPT es sólo un chat, pero en un futuro no muy lejano, quizás este mismo año, veamos cómo varias de estas tecnologías empiezan a hablar entre ellas, creando utilidades tan interesantes cómo por ejemplo convertir este post en un audio con mi voz y colgarlo en un podcast de forma automática, o mejor aun, crear un vídeo con mi cara, mi voz y subirlo a YouTube y con sólo darle a un botón. Además el contenido puede generarse de forma automática, sabiendo cómo escribo, mi estilo, mi experiencia, mis vivencias, una IA podría ser capaz de crear un clon mío, escribir posts, publicar podcasts y vídeos de forma autónoma, de esta manera podría tener una IA que sería una extensión a mi persona. Es más, podría desaparecer y esta tecnología podría seguir creando contenido por mi, en cierta forma sería inmortal.

Si dentro de no mucho podremos ver películas protagonizadas por actores fallecidos con su misma voz, quien no nos dice que podremos hablar con nuestros seres queridos ya fallecidos gracias a la IA con la ayuda de todo el contenido que estamos dejando en la red.

El futuro de la IA va a ser prometedor y sus utilidades futuras apenas nos las podemos imaginar. El tiempo dirá.